Este ha sido un año completito de emociones. Ha visto la luz mi gran proyecto que era la novela El Maestro de Jarcia pero, al mismo tiempo, he tenido varias circunstancias personales y familiares complicadas. Sólo espero que el próximo año, por lo menos hasta el 21 de diciembre del 2012 y, siempre, con permiso del calendario maya, espero que sea feliz para todos.
Un año en que los profesores puedan seguir dedicándose a la educación y que esta falsa crisis que nos azota desaparezca de la misma forma en que se creó. Y, también, que se corten las alas de la especulación y se destierre la poca vergüenza como forma de vivir.
A las familias en que este año, que les queda por delante, les azote la pena les deseo que no pierdan la ilusión por vivir porque la vida es más que aguantar a estos capitostes que juegan con nosotros a su voluntad. Que no se inventen más "esplendidas guerritas" y que se dejen a los pueblos en paz.
Que los políticos se dediquen a hacer política de verdad, con cultura y preparación. Que se laven de la ignorancia y que se aparte de una vez por todas esta maldita cultura de la ineptitud que nos gobierna. Vivimos en un país en que los negligentes, incapaces e inútiles llegan a los puestos de más altas responsabilidades, en un mecanismo fomentado por los mismos dirigentes. Así evitan que les haga sombra y sus colaboradores, menuda palabreja, parecen ovejas descarriadas que necesitan de la guía de sus amos.
Salud mundo y os deseo felicidad.
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